miércoles, 29 de enero de 2014

El Dragón Verder: Mito y Realidad de una Sociedad Secreta Asiática




El doctor Richard B. Spence es un escritor y profesor de Historia en la Universidad de Idaho, EE.UU., especializado, entre otras materias, en historia de las sociedades secretas e historia del espionaje moderno.

El siguiente artículo que presentamos en castellano fue publicado en la revista New Dawn N°112, de Enero-Febrero de 2009 (newdawnmagazine.com) y en él va trazando los antecedentes, desde su perspectiva completamente racionalista y escéptica, de una nebulosa organización asiática a la que se le ha supuesto una actividad variada a través de la Historia, influyente de manera equívoca, pero sin que pueda ser perfectamente deslindada.

Es aquella sociedad japonesa de la que se dice que uno de los contados occidentales a los que admitió fue el militar y geopolítico alemán Karl Haushofer.




El Dragón Verde
Mito y Realidad de Una Sociedad Secreta Asiática


La Historia ciertamente no tiene ninguna escasez de enigmáticas o controvertidas hermandades, órdenes, logias y sociedades.

Los Caballeros Templarios, por ejemplo, son un objeto perenne de fascinación y especulación. Si los Templarios fueron la inspiración para los no menos polémicos francmasones, o si fueron una banda de herejes depravados o las víctimas inocentes de una conspiración nacida de la avaricia y la envidia, sigue siendo un tema de intenso debate.

Lo que nadie puede rebatir, sin embargo, es que dichos Caballeros existieron.

El principio y el final formal de la Orden pueden ser datados con precisión, y los nombres de sus líderes son una materia del registro histórico. Incluso de una organización dudosa como el Priorato de Sión puede demostrarse que ha tenido una existencia genuina, aunque reciente, a pesar de que sus afirmaciones de tener siglos de tradición e influencia oculta permanezcan no demostradas.

Pero hay otros grupos que parecen existir sólo en aquella zona gris entre la realidad y la imaginación, cuyos orígenes, número, alcance y propósito permanecen desesperantemente vagos.

Una de tales entidades es la cuasi-mítica Sociedad del Dragón Verde, también conocida como la Orden del Dragón Verde o simplemente el Dragón Verde. Es mencionada más comúnmente como una sociedad secreta japonesa, pero ésa no es necesariamente la historia entera.

Otra evidencia, o al menos acusación, sostiene que sus verdaderos orígenes están en China o en el Tíbet, y que su influencia se extendió a los centros de poder de la Rusia zarista y de la Alemania nacionalsocialista.

Figuras históricas desde el Emperador Hirohito a Rasputin y Adolf Hitler han sido vinculadas al Dragón Verde, legítimamente o no. Las aguas han sido enturbiadas posteriormente por juegos de interpretación de roles que han combinado a dicha Sociedad con lo Mitos de Cthulhu de H.P. Lovecraft y otros elementos ficticios.

Determinar lo que es "real" y lo que es la invención lúdica de la imaginación de alguien puede ser complicado.

Lo que sigue no resolverá el misterio del Dragón Verde pero tratará de separar los hechos y la ficción, y de explicar de dónde surgieron las afirmaciones y la información.

Al hacer eso, se ofrecerá una vislumbre seductora de una organización misteriosa que puede haber desempeñado un papel significativo en la formación de la historia moderna.


Entra en escena el Dragón Negro


La explicación más simple de la Sociedad del Dragón Verde consiste en que es una referencia confusa a la mejor conocida, y definitivamente real, Sociedad del Dragón Negro o Kokuryukai.

Esta última apareció primeramente alrededor de 1901 y era un vástago de otra sociedad secreta japonesa más antigua, el Océano Negro o Genyosha. Como su progenitor, el Dragón Negro era un organismo militante "ultra-nacionalista" que trabajó para expandir la influencia del Japón imperial en el continente asiático.

La Sociedad del Dragón Negro inicialmente se concentró en combatir los intereses rusos en la vasta provincia china de Manchuria.

Por cierto, la Sociedad tomó su nombre del "Dragón Negro" o río Amur que separaba a Manchuria y Siberia. La red del Dragón Negro de espías y saboteadores participó activamente en la posterior guerra ruso-japonesa (1904-1905), y los Dragones Negros más tarde ampliaron sus operaciones e influencia a todas partes de Asia y Europa e incluso las Américas.

El fundador nominal y líder del Dragón Negro fue Ryohei Uchida, pero el verdadero señor, o "emperador del lado oscuro", fue el sombrío y malvado mentor de Uchida, Mitsuru Toyama, también un miembro fundador de Genyosha.

Él, según se dice, estaba imbuido con "creencias religiosas orientales extremas".

Aquello sugiere el misticismo y el ocultismo atribuidos a la Sociedad del Dragón Verde. ¿Pudo el calculador y sigiloso Toyama haber desempeñado un papel orientador en ambas sociedades?

¿Fueron los Dragones Negros y Verdes, si es que no uno y el mismo, los dos lados de la misma moneda conspiratoria?

Por ejemplo, tal como el río Dragón Negro (Amur) delineaba el límite Norte de Manchuria, más al Sur el mucho más pequeño Qinglong o río Dragón Verde seguía aproximadamente la línea divisoria entre Manchuria y China propiamente tal.

Si la Sociedad del Dragón Negro era principalmente anti-rusa en su foco, ¿pudo el Dragón Verde haber sido anti-chino o anti-occidental? Mientras el Dragón Negro se concentró en el aspecto político, ¿se ocupó el Dragón Verde del reino ocultista, que era más secreto?

Una referencia obscura pero importante que claramente distingue entre las sociedades Negra y Verde aparece en las memorias de la "segunda esposa" del hombre fuerte chino Chiang Kai-Shek, Ch’en Chieh-Ju. 

Ella recuerda que su marido contemplaba un,
"sistema completamente secreto de detectives privados" y consideraba como modelos "las Sociedades del Dragón Verde y Negro de Japón y las sociedades Tríada de Shanghai".
Así, en la mente de Chiang Kai-Shek al menos, las dos Sociedades estaban completamente separadas (aunque no necesariamente sin relaciones), eran japonesas, y eran modelos apropiados para la recolección de Inteligencia secreta.

Como se ha señalado, la Sociedad del Dragón Negro estaba fuertemente involucrada en el espionaje y las esferas afines de la propaganda y la subversión. Como tal, básicamente funcionaba como una extensión del "órgano especial" del Ejército Imperial, el Tokumu Kikan.

Para no quedarse atrás en nada, la Marina Imperial japonesa mantenía su propio servicio secreto, el Joho Kyoko.

Tal como el Ejército utilizó al Dragón Negro para aumentar o manejar sus "necesidades especiales", ¿pudo la Marina haber usado al Dragón Verde del mismo modo?


Trevor Ravenscroft y Karl Haushofer


La identificación del Dragón Verde como una orden fundamentalmente mística aparece más claramente en el libro de 1973 de Trevor Ravenscroft "La Lanza del Destino" (The Spear of Destiny).

Es bastante significativo que Ravenscroft fuera un seguidor de la Antroposofía y de su fundador Rudolf Steiner, y su libro es claramente una descripción antroposófica de las fuerzas ocultistas detrás de Hitler y su régimen nacionalsocialista.

Ravenscroft vincula firmemente al Dragón Verde con el geo-político y místico alemán Karl Haushofer, uno de los supuestos consejeros espirituales de Hitler.

Según Ravenscroft, el profesor Haushofer,
"consiguió... dones extraordinarios mediante su ingreso a la Sociedad del Dragón Verde de Japón en la cual el dominio del Organismo del Tiempo y el control de las fuerzas vitales en el cuerpo humano son el objetivo central de los grados ascendentes de la iniciación".
Ravenscroft añade que,
"una de las pruebas más altas de este tipo de iniciación en la Sociedad del Dragón Verde exige la capacidad para controlar y dirigir la fuerza vital en las plantas en una manera algo similar a los antiguos poderes de la gente atlante".
Ravenscroft continúa:
"Sólo a otros dos europeos se les ha permitido integrarse a esta Orden japonesa" [y quiénes eran ellos, uno se pregunta] "que exige juramentos de secreto y obediencia de una naturaleza mucho más estricta e intransigente que sociedades secretas similares en el mundo occidental".
El problema principal con todo esto es que las fuentes de Ravenscroft son difusas o inexistentes. Él probablemente siguió el ejemplo de la obra de 1960 de Louis Pauwels y Jacques Bergier "El Retorno de los Brujos" (Le Matin des Magiciens).

Aquellos autores afirman que de Haushofer,
"se ha dicho [¿por quién?] que fue iniciado en una de las sociedades budistas secretas más importantes y que se le tomó juramento para que si él fallaba en su misión debía suicidarse de acuerdo con el ceremonial consagrado".
Suponiendo que ésta es una alusión a la susodicha Sociedad, todavía nos vemos enfrentados con la carencia de cualquier fuente identificable para la información que entregan los autores.

Ravenscroft continúa afirmando que miembros de la Sociedad del Dragón Verde se establecieron en la Alemania de los años '20 y unieron fuerzas allí con un grupo de monjes tibetanos llamado la "Sociedad de Hombres Verdes".

Estos últimos eran, en realidad, los "Adeptos de Agharti y Shambalá", y su líder era un misterioso "Hombre con Guantes Verdes". También resulta que los Dragones Verdes y los Hombres Verdes habían,
"estado en comunicación astral durante cientos de años".
Los hermanos unidos pronto establecieron comunicación con el ascendente señor Hitler.

Otros desde entonces han especulado sobre lo anterior convirtiendo a los Dragones Verdes en una "conspiración interna" tanto de Genyosha como del Dragón Negro, y haciéndolos,
"una avanzada de una conspiración mucho más grande basada en el grupo aún más secreto conocido como los Hombres Verdes". 
Aunque fascinantes, tales aseveraciones no parecen tener ninguna base en la realidad.

Pero aquello no quiere decir que ellas no puedan tener un germen de verdad. Por ejemplo, había una figura esotérica en el Berlín de fines de la república de Weimar referido a veces como el "Mago de Guantes Verdes" que llegó a ser un efímero adivino para Hitler y el Partido Nacionalsocialista.

Él no era tibetano sino, de todas las cosas, un judío que circulaba bajo el nombre de Erik Jan Hanussen. Cuando él se hizo incómodo por predecir exactamente el incendio del Reichstag (o arreglándolo), sus antiguos amigos nacionalsocialistas lo mataron. 

Del mismo modo, bien podría haber algo en cuanto a una conexión entre el Tíbet y el Dragón Verde.

Un dragón verde, o Zhug, desempeña un papel importante en la mitología tibetana donde simboliza al,
"dios del Trueno... la valentía y la fuerza que todo lo conquista". 
Más al punto, quizás, un monje budista japonés llamado Ekai Kawaguchi hizo dos visitas al Tíbet en los años previos a la Primera Guerra Mundial, aproximadamente en el mismo tiempo en que Haushofer estaba en Tokio.

En la superficie, Kawaguchi parecía un simple devoto religioso, pero se sabe que él tuvo contacto con al menos un agente secreto japonés mientras estuvo en la Tierra de las Nieves Eternas, un tal Narita Yasuteru, así como con un agente de la Inteligencia de la India británica. 

Kawaguchi también tenía vínculos con Annie Besant y su secta teosofista, otro grupo acusado de subversión e impostura general. 

De manera mucho más significativa, Kawaguchi era un devoto del budismo Zen.

En su obra de 1989 "El Hitler Desconocido", Wulf Schwarzwaller afirma que Haushofer era un maestro de varias tradiciones místicas orientales y que,
"se había familiarizado con las enseñanzas Zen de la japonesa Sociedad del Dragón Verde". 
Fuentes más recientes enfatizan la íntima asociación del Dragón Verde con el Zen, específicamente de su rama Soto, y afirman que,
"el Dragón Verde ha tenido una tradición de propagación secreta", sea lo que fuere que ello signifique.
La conexión budista puede ofrecer algunas pistas importantes.

El budismo se originó en la India y se extendió al Tíbet y a China, y desde allí a Japón. La doctrina Zen (Cha’an) también tenía sus raíces en China. Uno de los "santos" budistas más reverenciados en Japón es Kukai, un místico del siglo VIII-IX que pasó años estudiando en China. Curiosamente, su principal lugar de iluminación espiritual fue el Templo del Dragón Verde en Xian donde él fue entrenado en las tradiciones ocultas y tántricas que provienen del Tíbet.

Retornando a Japón, Kukai incorporó estas tradiciones en su versión del budismo de la Palabra Verdadera (Shingon).  El problema es que Shingon era y es completamente distinto del Zen, de modo que ¿qué, si es que algo, está relacionado con el Dragón Verde?

Para complicar además el cuadro, hay numerosas referencias a Sociedades chinas del Dragón Verde.

En su mayoría están vinculadas a las artes marciales. Las sociedades de kung-fu del Dragón Verde están activas en todo el mundo, pero la mayoría parece ser de origen bastante reciente. Por extraño que parezca, durante los años '60 la Sociedad del Dragón Verde situada en Chicago se enfrascó en una amarga disputa con la rival Sociedad del Dragón Negro.

Una versión de la historia del Dragón Verde chino la define como una sociedad secreta taoísta formada en respuesta a las persecuciones del siglo XVII lanzadas por el Emperador influido por los jesuitas Kiang Hsi.

Según esto, la sociedad secreta surgió de la Escuela Mística de Tao Pensamiento Puro, y junto con un odio implacable hacia la dinastía Manchú, permaneció dedicada a la,
"práctica de la alquimia taoísta y de las técnicas de la Inmortalidad"
Aquello suena un poco a lo que Ravenscroft describió.

El Dragón Verde también según se dice funcionó bajo numerosos nombres y disfraces. Una Sociedad del Dragón Verde secreta y hasta siniestra también aparece en al menos dos películas de artes marciales: "La Espada Mortal" (The Deadly Sword, 1978) y "Las Siete Promesas" (Seven Promises, 1980).

Finalmente, una Sociedad Verde o Banda Verde era (y posiblemente sigue siendo) una fuerza principal en el submundo chino.

Entonces, ¿podría haber dos Sociedades del Dragón Verde, una japonesa y budista y la otra china y taoísta?

Esto parece bastante claro: la polinización mutua entre el budismo chino y el japonés, y las sectas y sociedades secretas que ellos han engendrado, tienen siglos de antigüedad. Dentro de aquel contexto, casi todo es posible.

Otras rarezas, que pueden o no significar algo, incluyen el hecho de que durante su matrimonio con otra esposa, Chiang Kai-shek realizó una visita a un monasterio del Dragón Verde. El fallecido académico Charles Rice, después de examinar cuidadosamente todo que él pudo encontrar acerca de la Sociedad del Dragón Verde, se preguntó si esto no podría ser nada más que el club de karate de la Guardia Imperial del Emperador japonés. 

Lo más extraño de todo, quizás, es un artículo de 2004 del South China Morning Post que describe la reciente detención de tres miembros del "Culto del Templo del Dragón Verde" bajo la acusación de manejar un círculo de prostitución. 

A las víctimas femeninas se les aseguraba un lugar en el cielo si ellas ganaban bastante dinero para la secta.


Las Siete Cabezas del Dragón Verde

Hay otra descripción, más complicada aunque no menos misteriosa, de la Sociedad del Dragón Verde que precede a la de Ravenscroft en cuarenta años y a la de Pauwels y Bergier por casi treinta.

Es casi seguramente la fuente para la mayor parte de lo que él y los otros han tenido para decir sobre la Sociedad del Dragón Verde desde entonces. El trabajo en cuestión es "Les Sept Tetes du Dragon Vert" (Las Siete Cabezas del Dragón Verde, 1933) de Teddy Legrand.

El título evoca al dragón con "siete cabezas, diez cuernos, y siete coronas sobre sus cabezas" mencionado en Apocalipsis 12:3, aunque aquella bestia sea roja, y no verde. A primera vista el libro parece ser sólo una oscura pieza de novela sentimental francesa, aunque repleta de gente real y acontecimientos reales junto con muchos inventados.

Básicamente, el libro presenta al Dragón Verde o, más simplemente, a "Los Verdes", una siniestra conspiración internacional empeñada en la dominación mundial.

Un detalle interesante es que estos conspiradores secretos suman exactamente 72 y eran, probablemente, los "72 superiores desconocidos" de la leyenda conspiracional. 

Para conseguir su objetivo nefasto, el Dragón Verde genera la guerra, la revolución y el caos, y su mano es el invisible denominador común en acontecimientos aparentemente tan dispares como,
  • El asesinato de Franz Ferdinand
  • La instigación de la Revolución bolchevique
  • El asesinato de los Romanov
  • El asesinato en 1922 del Ministro de Asuntos Exteriores alemán Walther Rathenau
  • El rapto del general ruso blanco A. P. Kutepov
  • El suicidio aparente del millonario sueco Ivar Kreuger
En resumidas cuentas, el Dragón Verde suena a otra versión de los infames Illuminati que obsesionan a tantas teorías de conspiración.

En la época de la acción del libro, 1929-30, los misteriosos Verdes están ocupados facilitando el ascenso de "el hombre de las dos zetas" bajo cuyas "afiladas espuelas" Europa temblaría pronto. 

Ésta es una referencia escasamente velada y bastante profética de Hitler, quien había subido al poder recientemente cuando el libro fue publicado. Las "Dos Zetas" eran los brazos entrecruzados de la Esvástica.

La figura central de "Las Siete Cabezas del Dragón Verde" es un agente secreto británico, el as del Servicio de Inteligencia James Nobody, que puede ser la inspiración literaria original para James Bond.

Él ya había protagonizado una serie de mediocres novelas de espionaje del escritor francés Charles Lucieto, y la última era un esfuerzo para seguir la licencia de franquicia después de la muerte reciente de Lucieto. De manera interesante, Lucieto era un espía jubilado, habiendo servido en el servicio secreto francés en la Primera Guerra Mundial.

Le gustaba afirmar que su James Nobody e historias similares eran novelas en clave que revelaban aspectos verdaderos aunque ocultos de la Historia reciente y de los acontecimientos actuales. Sus editores posteriormente dieron a entender que esto tuvo algo que ver con su inesperado fallecimiento.

De manera no sorprendente, el sucesor de Lucieto, "Teddy Legrand", era un seudónimo.

De hecho, el autor era Pierre Mariel, que resulta ser un tipo bastante interesante. Nominalmente él era un periodista, pero al igual que Lucieto, tenía lazos con la Inteligencia francesa. Esto ha conducido a la afirmación de que este último "inspiró" o incluso dirigió sus esfuerzos literarios como lo había hecho con los de sus predecesores.

Lo que es más importante quizás, es que él era un autoproclamado experto en cuanto a lo oculto. Algunos años más tarde, bajo el nombre de Werner Gerson, él escribiría uno de los primeros libros acerca del ocultismo nacionalsocialista. 

Mariel mismo era un miembro de la masónica Orden Martinista, y fue una vez un gran maestro francés de la Antigua y Mística Orden de la Rosa Cruz (AMORC).

De manera interesante, en "Las Siete Cabezas del Dragón Verde" Mariel pinta a la Orden Martinista como una secta conspirativa que jugó un rol entre bastidores en la Revolución francesa y en las posteriores agitaciones políticas, y que sólo podría tener vínculos con el misterioso Dragón Verde.

En el libro, los espías hermanos Nobody y Legrand son inspirados por su curiosidad común sobre el destino de la familia imperial rusa.

El objeto principal de fascinación es un icono de San Serafín, supuestamente encontrado en el cuerpo de la zarina Alexandra, que lleva una inscripción desconcertante, en inglés:
"S.I.M.P. The Green Dragon. You were absolutely right. Too late". 
Ellos rápidamente determinan que el primer elemento, que está acompañado por un símbolo "kabalístico" de seis puntas, significa "Superieur Inconnu, Maître Philippe" (Superior Desconocido, Maestro Felipe), un místico martinista francés que fue un antiguo gurú de la zarina Alexandra.

Ellos también notan la predilección de la zarina por la Esvástica "tibetana" como un símbolo de buena suerte. El resto de la historia sigue los esfuerzos del dúo para descubrir quién o qué constituye al Dragón Verde.

Algún interés inevitablemente recae sobre el sucesor del maître Philippe como guía espiritual imperial, Rasputin, quien aparece como un instrumento del Dragón Verde, si es que no un miembro absoluto.

Legrand/Mariel correctamente observa que durante la Primera Guerra Mundial el disoluto hombre santo mantuvo comunicación con los misteriosos "Verdes", o simplemente "El Verde", basado en Estocolmo, con lo cual Mariel retrata otro fragmento de una conspiración más grande.

De manera interesante, el coronel Stanislaus de Lazovert, uno de los hombres más tarde implicados en el complot para matar al disoluto santón, afirmó que Rasputin era un miembro de la "Mano Verde", una orden secreta probablemente apoyada por los enemigos austriacos de Rusia.

Más recientemente y de fuentes fidedignas, el investigador ruso Oleg Shishkin vinculó a los misteriosos amigos de Rasputin con una conspiración inspirada por Berlín que incluía logias ocultistas alemanas y miembros de la nobleza báltica de etnia alemana. Su hermandad secreta, Baltikum, usaba una esvástica verde como su símbolo.

Casualmente o no, uno de los antagonistas encontrados por Nobody y Legrand es un barón báltico, Otto von Bautenas, a quien ellos identifican como nada menos que uno de los "72 Verdes". Bautenas resulta haber sido una persona muy real: un ex-adherente de Baltikum, un cercano aliado del político lituano Augustine Valdemaras y líder del movimiento fascista Lobo de Hierro.

Pierre Mariel también sugiere que el líder de la Antroposofía Rudolf Steiner estaba revuelto en toda esta impostura y "política secreta" a través de sus conexiones con sociedades secretas pan-germánicas.

Él también deja caer los nombres de Gurdjieff y Besant en el mismo turbio enredo.

A la vez que la acción del libro permanece dentro de los límites geográficos de Europa, cambiando desde Constantinopla a Escandinavia, a París y a Berlín, hay numerosas referencias al Oriente, sobre todo al Tíbet.

Legrand y Nobody contratan la ayuda de uno de sus viejos antagonistas, el "espía internacional" judío I.T. Trebitsch-Lincoln, quien se ha transformado en el lama tibetano Dordji Den.

Aquí nuevamente hay al menos un grano de verdad:
en 1931 el camaleónico Trebitsch fue ordenado como monje budista y se convirtió en "el venerable Chao Kung". 
La pareja finalmente se encuentra en Berlín en presencia del Hombre con los Guantes Verdes, aparentemente un adivino asiático que se ha establecido a sí mismo como el verdadero Hanussen.

Ellos observaron una misteriosa figura que parecía tener un "dominio completo de sus reflejos".

¿Era éste el "control de las fuerzas vitales" mencionado por Ravenscroft? Como una estatua viviente, "ni un músculo en su cara se movió" cuando el extraño vidente conversó en un "excelente inglés de Oxford". Nobody y su amigo finalmente comprenden que ellos están cara a cara con "uno de aquellos famosos Verdes".

La descripción ha conducido a un autor reciente, Christian von Nidda, a concluir que los Verdes eran nada menos que seres "reptilianos".

Al final, Mariel nunca define claramente lo que la Sociedad del Dragón Verde es y no es. Indudablemente, ésa nunca fue su intención. Curiosamente, no hay ninguna sugerencia de ninguna conexión japonesa. Sin embargo, como sugiere el episodio con el Hombre con Guantes Verdes, está el espectro de una poderosa y misteriosa mano asiática en funcionamiento.

El verdadero propósito de la Revolución rusa, él creía, era destruir la barrera del Este de Europa contra la intrusión asiática.

Mariel sintió una especie de "conspiración permanente contra la raza blanca - contra la civilización greco-latina occidental - que procura debilitar, fracturar y sacudir el edificio de la ya inestable Europa".

Cuando el tiempo llegue, los conspiradores "lo substituirían" (al Hombre de las Dos Zetas) como un medio para provocar un Nuevo Orden.

También permanece incierto hasta qué punto Mariel quiso que "Las Siete Cabezas del Dragón Verde" fuera tomado en serio. Claramente, esto no ha impedido a algunos hacerlo así.

Verdad, ficción, o alguna amalgama extraña de las dos, el pequeño libro de Pierre Mariel es indudablemente la inspiración para la mayor parte de las afirmaciones sobre la Sociedad del Dragón Verde que han aparecido desde entonces.

Todavía nos queda preguntar si, en caso de que toda la exageración, la ofuscación, el temor supersticioso y las mentiras absolutas fueran puestos a un lado, habría algo allí en absoluto.

Tal vez...


Escrito por Richard Spence 1/01/09 del Sitio Web NewDawnMagazine
Pagina Web y Traducción: Editorial-Streicher


- Publicado por GalzúMC


Referencias
1. "Japan’s Dark Background, 1881-1945". http://www.willamette.edu/~rloftus/moremilitarism.html
2. Chieh-ju Ch’en, Chiang Kai-shek’s Secret Past: The Memoir of His Second Wife, Westview Press, Boulder, 2000
3. Trevor Ravenscroft, The Spear of Destiny: The Occult Power behind the Spear which Pierced the Side of Christ, Weiser Books, Boston, 1982, págs. 246-247
4. Louis Pauwels y Jacques Bergier, The Morning of the Magicians, Avon Books, New York, 1960, p. 279
5. Ravenscroft, op. cit., p. 256
6. Gil Trevizo, "The Order of the Green Dragons" (2003), http://odh.trevizo.org/green_dragons.html. Este artículo está referido a los juegos de rol Delta Green
7. Sobre la extraña trayectoria de Hanussen, vea Mel Gordon, Erik Jan Hanussen: Hitler’s Jewish Clairvoyant, Feral House, Los Angeles, 2001
8. "Tibet’s Dragon Culture", cortesía de Charles Rice, Agosto de 2006
9. Alexander Berzin, "Russian and Japanese Involvement with Pre-Communist Tibet: The Role of the Shambhala Legend",www.berzinarchives.com/web/en/archives/kalachakra/shambhala/russian_japanese_shambhala.html
10. Richard Spence, Secret Agent 666: Aleister Crowley, British Intelligence and the Occult, Feral House, Los Angeles, 2008, págs. 184 y 189
11. Wulf Schwarzwaller, The Unknown Hitler: Behind the Image of History’s Darkest Name, Berkley Books, New York, 1990, p. 100
12. Para una perspectiva bastante crítica del Zen del Dragón Verde, vea: https://groups.google.com/forum/#!topic/alt.philosophy.zen/2nqBkhBQ9yg
13. Trevor Corson, "The Magic of Buddhism", http://www.trevorcorson.com/articles/published/Entries/2000/7/1_The_Magic_of_Buddhism.html
14. "The Green Dragon Society & Brotherhood, Chi Tao Ch’uan Gung Fu: A Recent History", www.orientalherb.com/index.php?cPath=35
15. Charles Rice al autor, 3 de Julio de 2003
16. Clifford Lo, "Sex Cult Might Have Lured 30 Women", South China Morning Post (16 de Enero de 2004)
17. Nolan Romy, Les Grandes Conspirations de Notre Temps, Bruxelles, 2002, págs. 35-50
18. Teddy Legrand, Les Sept Tetes du Dragon Vert, Berger-Levrault, Paris, 1933, p. 78
19. Oleg Shishkin, Ubit’ Rasputina, Olma Press, Moscow, 2000, págs. 36-37
20. Werner Gerson, Le Nazisme: Societé Secrete, Productions de Paris, Paris, 1969
21. Shishkin, pág. 36
22. Legrand, págs. 30-33
23. Nombre verdadero: Nizier Anthelme Philippe
24. "Stanislaus Lazovert and the Assassination of Rasputin, 29 December 1916", www.firstworldwar.com/source/rasputin_stanislaus.htm
25. Bernard Wasserstein, The Secret Lives of Trebitsch Lincoln, Penguin Books, New York, 1989, p. 274
26. Christian Von Nidda, Our Secret Planet, Lulu Publications, págs. 124-125



viernes, 17 de enero de 2014

Energía Negativa: Agujeros de Gusano y Deformaciones del Espacio-Tiempo [PARTE 2]






No es independiente y No es igual



Afortunadamente (o no, dependiendo de su punto de vista), aunque la teoría cuántica permite la existencia de energía negativa, también parece poner fuertes restricciones - conocidas como desigualdades cuánticas - en su magnitud y duración.

Estas desigualdades fueron sugeridas por primera vez por Ford en 1978.

Durante la última década han sido probadas y refinadas por nosotros y otros, incluyendo Eanna E. Flanagan de la Universidad de Cornell, Michael J. Pfenning, luego en Tufts por Christopher J. Fewster y Simon P. Eveson de la Universidad de York, y Edward Teo, de la Universidad Nacional de Singapur. 

Las desigualdades tienen cierta semejanza con el principio de incertidumbre. Dicen que un rayo de energía negativa no puede ser arbitrariamente intenso durante un tiempo arbitrariamente largo. La magnitud permisible de la energía negativa es inversamente proporcional a su extensión temporal o espacial. Un pulso intenso de energía negativa puede durar un corto tiempo, un pulso débil puede durar más tiempo.

Por otra parte, un pulso de energía negativa inicial debe ser seguido por un pulso más largo de energía positiva [ver ilustración]. 

Cuanto mayor sea la magnitud de la energía negativa, más cerca debe estar su contraparte de energía positiva. Estas restricciones son independientes de los detalles de cómo es producida la energía negativa. Uno puede pensar en la energía negativa como en un préstamo de energía. Al igual que una deuda es dinero negativo que tiene que ser pagado, la energía negativa es un déficit de energía.

Como veremos más adelante, la analogía va más allá.






Los pulsos de energía negativa están permitidos por la teoría cuántica, pero sólo bajo tres condiciones. En primer lugar, cuanto más tiempo dura el pulso, más débil deberá ser (a, b). En segundo lugar, deberá seguirle un pulso de energía positiva. La magnitud del pulso positivo debe exceder a aquel de la inicial energía negativa. En tercer lugar, cuanto mayor sea el intervalo de tiempo entre los dos pulsos, mayor deberá ser el positivo - un efecto conocido como interés cuántico (c).



En el efecto Casimir, la densidad de energía negativa entre las placas puede persistir indefinidamente, pero grandes densidades de energía negativa requieren una separación muy pequeña de las placas. 

La magnitud de la densidad de energía negativa es inversamente proporcional a la cuarta potencia de la separación de las placas. Así como un pulso con una densidad de energía muy negativa es limitado en el tiempo, la densidad de energía Casimir muy negativa debe ser confinada entre placas cercanamente espaciadas.

De acuerdo con las desigualdades cuánticas, la densidad de energía en la brecha puede ser más negativa que el valor de Casimir, pero sólo temporalmente. En efecto, cuanto más uno trata de bajar la densidad de energía por debajo del valor de Casimir, más corto es el tiempo durante el cual se puede mantener esta situación. 

Cuando es aplicado a los agujeros de gusano y a las unidades de deformación del espacio-tiempo, las desigualdades cuánticas típicamente implican que tales estructuras deben ser, o bien limitadas a tamaños sub-microscópicos, o si son macroscópicos, la energía negativa se ser confinada a bandas increíblemente delgadas.

En 1996 se demostró que un agujero de gusano sub-microscópico tendría un radio de garganta de no más de 10-32 metros. 

Esta es sólo ligeramente mayor que la longitud de Planck, 10-35 metros, la distancia más pequeña que tiene un significado definido. Hemos encontrado que es posible tener modelos de agujeros de gusano de tamaño macroscópico, pero sólo a costa de confinar la energía negativa a una banda extremadamente fina alrededor de la garganta.

Por ejemplo, en un modelo, un radio de garganta de 1 metro requiere que la energía negativa sea una banda no más gruesa que la 10-21, una millonésima parte del tamaño de un protón. 

Visser ha estimado que la energía negativa requerida para este tamaño de agujero de gusano tiene un equivalente en magnitud al total de la energía generada por 10 mil millones de estrellas en un año. La situación no mejora mucho para los agujeros de gusano más grandes.

Para el mismo modelo, el máximo, el espesor permitido de la banda de energía negativa es proporcional a la raíz cúbica del radio de la garganta. Incluso si el radio de la garganta es incrementado a un tamaño de un año luz, la energía negativa aún debe ser confinada a una región más pequeña que un radio de protones, y la cantidad total requerida se incrementa linealmente con el tamaño de la garganta. 

Parece que los ingenieros de agujeros de gusano se enfrentan a problemas de enormes proporciones. Deberán encontrar un mecanismo para confinar grandes cantidades de energía negativa a volúmenes extremadamente delgados. Las llamadas cuerdas cósmicas, hipotizadas en algunas teorías cosmológicas, involucran densidades muy grandes de energía en líneas largas y estrechas. Pero todos los modelos cósmicos conocidos físicamente razonables tienen densidades de energía positiva. 

Las unidades de deformación del espacio-tiempo son, incluso, mucho más limitados, como ha sido demostrado por Pfenning y Allen Everett de Tufts, en colaboración con nosotros.

En el modelo de Alcubierre, una burbuja de deformación del espacio-tiempo que viaja a 10 veces más velocidad de la luz (factor 2 de deformación del espacio-tiempo, en la jerga de Star Trek: The Next Generation) debe tener un espesor de pared de no más de 10-32 metros.

Una burbuja suficientemente amplia como para incluir una nave de 200 metros requeriría una cantidad total de energía negativa igual a 10 mil millones de veces la masa del universo observable. Restricciones similares aplican al tubo superlumínico de Krasnikov. 

Una modificación del modelo de Alcubierre fue construido recientemente por Chris Van Den Broeck de la Universidad Católica de Lovaina en Bélgica. Se requiere mucha menos energía negativa, pero coloca a la nave espacial en una curvatura de botella de espacio-tiempo cuyo cuello es de unos 10-32 metros de ancho, una hazaña difícil. 

Estos resultados parecieran hacerlo más bien poco probable de poder construir agujeros de gusano y unidades de deformación del espacio-tiempo (wrap) usando energía negativa generada por efectos cuánticos.


Intermitencia Cósmica e Interés Cuántico


Las desigualdades cuánticas evitan las violaciones de la segunda ley.

Si uno trata de usar un pulso de energía negativa para enfriar un objeto caliente, esto será rápidamente seguido por un impulso más grande de energía positiva, que recalienta el objeto. Un pulso débil de energía negativa puede permanecer separado de su contrapartida positiva por más tiempo, pero sus efectos serían indistinguibles de las fluctuaciones térmicas normales. 

Los intentos de capturar o de separar la energía negativa de la energía positiva también parecieran fallar. Uno podría interceptar, por ejemplo, un haz de energía, utilizando una caja con un cierre. Al cerrar la puerta de obturación, uno podría esperar atrapar un pulso de energía negativa antes de que llegue la energía positiva de compensación. 

Pero el acto de cierre de la puerta en sí crea un flujo de energía que anula la energía negativa que fue diseñada para atrapar [ver ilustración].





Intentar eludir las leyes cuánticas que gobiernan la energía negativa, inevitablemente termina en decepción. El experimentador tiene la intención de separar un pulso de energía negativa de su pulso compensatorio de energía positiva. Al aproximarse los pulsos, la caja (a), el experimento trata de aislar la negativa, cerrando la tapa después de su entrada (b). Sin embargo, el acto de cierre de la tapa crea un segundo pulso de energía positiva dentro de la caja (c).



Hemos demostrado que existen restricciones similares en violaciones de la censura cósmica. 

Un pulso de energía negativa inyectado dentro de un agujero negro cargado pudiera momentáneamente destruir el horizonte, dejando al descubierto la singularidad dentro del él. Sin embargo, el pulso debe ser seguido por un pulso de energía positiva, lo que convertiría a la singularidad desnuda nuevamente en un agujero negro - un escenario que hemos denominado parpadeo cósmico.

La mejor oportunidad de observar un parpadeo cósmico sería maximizando la separación de tiempo entre la energía negativa y la positiva, permitiendo que la singularidad desnuda dure el mayor tiempo posible. 

Pero entonces la magnitud del impulso de la energía negativa tendría que ser muy pequeño, de acuerdo con las desigualdades cuánticas. El cambio en la masa del agujero negro provocado por el pulso de energía negativa sería lavado por las fluctuaciones cuánticas normales en la masa del agujero, que son una consecuencia natural del principio de incertidumbre.

El punto de vista de la singularidad desnuda sería borroso, por lo que un observador distante no podría verificar de forma inequívoca que ha sido violada la censura cósmica. 

Recientemente nosotros, y también Frans Pretorius, en ese entonces en la Universidad de Victoria, y Fewster y Teo, han demostrado que las desigualdades cuánticas conducen a límites aún más fuertes en materia de energía negativa. El impulso positivo, que necesariamente le sigue a un pulso negativo inicial debe hacer algo más que compensar el pulso negativo: debe sobre- compensarlo. 

La cantidad de sobre- compensación se incrementa con el intervalo de tiempo entre los pulsos. Por lo tanto, no se puede hacer que los impulsos negativos y positivos se cancelen exactamente ente entre sí. La energía positiva siempre debe dominar - un efecto conocido como interés cuántico. Si se piensa en la energía negativa como un préstamo de energía, el préstamo debe ser devuelto con intereses.

Mientras más largo sea el período de préstamo o cuanto mayor sea el monto del préstamo, mayor es el interés. Además, cuanto mayor sea el préstamo, menor será el máximo período de préstamo permitido. La naturaleza es un astuto banquero y siempre cobra sus deudas. 

El concepto de la energía negativa toca muchas áreas de la física: la gravitación, la teoría cuántica, la termodinámica. El entretejido de tantas y diversas partes de la física ilustra la apretada estructura lógica de las leyes de la naturaleza. Por un lado, la energía negativa parece ser necesaria para conciliar el agujero negro de la termodinámica.

Por otro lado, la física cuántica impide la producción sin restricciones de energía negativa, lo que violaría la segunda ley de la termodinámica. Si estas restricciones son también características de una teoría subyacente más profunda, como la gravedad cuántica, todavía está por verse. 

La naturaleza sin duda tiene más sorpresas guardadas.


Los Autores


Lawrence H. Ford y Thomas A. Roman han colaborado en cuestiones de energía negativa por más de una década.

Ford recibió su doctorado la Universidad de Princeton en 1974, trabajando con John Wheeler, uno de los fundadores de la física de los agujeros negros. En la actualidad es profesor de física en la Universidad de Tufts y trabaja en con los problemas, tanto de la relatividad general como de la teoría cuántica, con un interés especial en las fluctuaciones cuánticas. 

Sus otras actividades incluyen caminatas en los bosques de Nueva Inglaterra y la recolección de setas silvestres. Roman recibió su doctorado en 1981 de la Universidad de Syracuse bajo Peter Bergmann, quien colaboró con Albert Einstein en la teoría del campo unificado.

Roman ha sido un visitante frecuente en el Instituto Tufts de Cosmología en los últimos 10 años y es actualmente profesor de física en la Universidad Central del Estado de Connecticut.

Sus intereses incluyen las implicaciones de energía negativa para una teoría cuántica de la gravedad. Él tiende a evitar los hongos silvestres.

Más información
  • AGUJEROS NEGRO y deformaciones DEL ESPACIO-TIEMPO: IMPRESIONANTE LEGADO DE EINSTEIN. Kip S. Thorne. W. W. Norton, 1994.
  • Agujeros de gusano Lorentz: desde Einstein hasta Hawking. Matt Visser.Imprenta del Instituto Americano de Física, 1996.
  • TEORÍA CUÁNTICA DE LOS CAMPOS LIMITA GEOMETRÍAS TRANSITABLES DE AGUJEROS DE GUSANO. L.H. Ford y T.A. Roman en Physical Review D, Vol. 53, N º 10, páginas 5496-5507; 15 de mayo 1996. Disponible en xxx.lanl.gov/abs/gr-qc/9510071  en la Web Mundial.
  • LA NATURALEZA NO FÍSICA DE LAS DEFORMACIONES DEL ESPACIO-TIEMPO. M.J. Pfenning y L.H. Ford en Gravedad Cuántica y Clásica, Vol. 14, No. 7, páginas 1743 a 1751; julio de 1997. Disponible en xxx.lanl.gov/abs/gr-qc/9702026 en la Web Mundial.
  • PARADOJA PERDIDA. Paul Davies en New Scientist, Vol. 157, N º 2126, página 26, 21 de marzo de 1998.
  • MÁQUINAS DEL TIEMPO: VIAJES EN EL TIEMPO EN LA FISICA, LA METAFÍSICA Y LA CIENCIA FICCIÓN. Paul J. Nahin. Imprenta AIP, Editorial Springer, 1999 segunda edición.
  • La conjetura del INTERÉS CUÁNTICO. L.H. Ford en Physical Review D, Vol. 60, N º 10, del artículo Nº 104018 (8 páginas), noviembre 15, 1999. Disponible en xxx.lanl.gov/abs/gr-qc/9901074 en la Web Mundial.


FT/RF:  Por Lawrence H. Ford y Thomas A. Roman Scientific American, Enero 2000 del Sitio Web TerryBoyce



PARTE 1 - PARTE 2


- GalzúMC


Energía Negativa: Agujeros de Gusano y Deformaciones del Espacio-Tiempo [PARTE 1]










Si un agujero de gusano pudiera existir, parecería como una abertura esférica hacia una parte distante del cosmos. En esta fotografía retocada de Times Square, el agujero de gusano permite a los neoyorquinos el traslado a pie hasta el Sahara con un solo paso, en lugar de pasar horas en el avión hacia Tamanrasset. Aunque tal agujero de gusano no rompe todas las leyes conocidas de la física, requeriría la producción de cantidades poco realistas de energía negativa.

 


¿Puede una región del espacio contener menos que nada?

El sentido común diría que no, lo más que podría hacer es quitar toda materia y radiación y quedará un vacío. Pero la física cuántica ha demostrado su capacidad para confundir la intuición, y este caso no es una excepción. Una región del espacio, resulta, puede contener menos que nada. Su energía por unidad de volumen - la densidad de energía - puede ser menor que cero. 

No es necesario decir que las implicaciones son extrañas. Según la teoría de la gravedad de Einstein, la relatividad general, la presencia de la materia y la energía deforma la tela geométrica del espacio y del tiempo. Lo que percibimos como gravedad es la distorsión del espacio-tiempo producido por la energía normal, energía positiva o masa. 

Pero cuando la energía negativa o masa llamada materia exótica curva el espacio-tiempo, todo tipo de fenómenos asombrosos podrían llegar a ser posible: agujeros de gusano transitables, que podrían actuar como túneles hacia, de otra forma, partes distantes del universo, la velocidad deformada, que permitiría viajar más rápido que la luz, y las máquinas del tiempo, podrían permitir los viajes al pasado.

La energía negativa podría incluso ser utilizada para fabricar máquinas de movimiento perpetuo o destruir los agujeros negros. Un episodio de Star Trek no podría pedir más. 

Para los físicos, estas ramificaciones hacen sonar las alarmas. Los potenciales paradojas del viaje hacia atrás en el tiempo, tales como matar al abuelo antes de que su padre sea concebido – han sido exploradas por la ciencia ficción desde hace mucho tiempo, y las demás consecuencias de materia exótica también son problemáticas.

Plantean una pregunta de importancia fundamental: Las leyes de la física que permiten la energía negativa, ¿colocan algún límite en su comportamiento? 

Nosotros y otros hemos descubierto que la naturaleza impone estrictas restricciones sobre la magnitud y la duración de la energía negativa, que (desafortunadamente, dirían algunos) parece representar la construcción de agujeros de gusano y unidades de deformación como muy poco probables.


Doble Negativo


No debe ser confundida con antimateria, la cual tiene energía positiva. Cuando un electrón y su antipartícula, un positrón, chocan, se aniquilan. Los productos finales son los rayos gamma, los cuales acarrean energía positiva. Si las antipartículas estuvieran compuestas de energía negativa, tal interacción se traduciría en una energía final de cero. 

Tampoco se debe confundir la energía negativa con la energía asociada con la constante cosmológica, postulada en los modelos inflacionarios del universo [ver “Antigravedad Cosmológica - Cosmological Antigravity”, por Lawrence M. Krauss, periódico SCIENTIFIC AMERICAN, enero de 1999]. Esta constante representa una presión negativa, aunque energía positiva (Algunos autores llaman a esto materia exótica, nos reservamos el término para las densidades de energía negativa.) 

El concepto de la energía negativa no es pura fantasía, algunos de sus efectos incluso han sido producidos en el laboratorio.

Surgen del principio de incertidumbre de Heisenberg, que establece que la densidad de energía de cualquier campo eléctrico, magnético u otro fluctúa de forma aleatoria. Aun cuando la densidad de la energía sea igual a cero, en promedio, está en un vacío, fluctúa.

Por lo tanto, el vacío cuántico no puede permanecer vacío en el sentido clásico del término, es un mar turbio de partículas "virtuales" entrando y saliendo de la existencia de forma espontánea de forma espontánea [véase "La explotación de la energía de Punto Cero", por Philip Yam; SCIENTIFIC AMERICAN , diciembre de 1997]. En la teoría cuántica, la noción usual de energía cero corresponde al vacío con todas estas fluctuaciones. 

Así que si uno puede idear alguna manera de disminuir las ondulaciones, el vacío tendrá menos energía que lo normal, es decir, energía de menos de cero. 







Las ondas de luz normalmente tienen una densidad de energía positiva o cero en diferentes puntos del espacio (arriba). Pero en un estado llamado exprimido, la densidad de la energía en un instante determinado en el tiempo, puede llegar a ser negativa en algunos lugares (abajo). Para compensar, el pico de densidad positiva debe aumentar.



A modo de ejemplo, los investigadores en óptica cuántica han creado estados especiales de campos en los que la interferencia cuántica destructiva suprime las fluctuaciones del vacío.

Los llamados estados apretados de vacío implican energía negativa. Más precisamente, los que están asociados con las regiones de energía positiva y negativa alternándose. 

La energía total promedio en todo el espacio sigue siendo positiva. Apretando el vacío se crea energía negativa en un solo lugar al precio de energía positiva adicional en otra parte. Un experimento típico consiste en rayos láser pasando a través de materiales ópticos no lineales [ver "Squeezed Light", de E. Richart Slusher y Bernard Yurke, SCIENTIFIC AMERICAN, mayo de 1988]. La intensa luz láser induce al material a crear pares de cuantos de luz, los fotones. Estos fotones alternativamente mejoran y eliminan las fluctuaciones del vacío, conduciendo respectivamente a regiones de energía positivas y negativas. 

Otro método para producir energía negativa introduce límites geométricos en un espacio. En 1948, el físico holandés Hendrik B.G. Casimir demostró que dos placas paralelas de metal sin carga alteran las fluctuaciones del vacío, de tal forma que se atraen entre sí. La densidad de energía entre las placas fue más tarde calculada ser negativa.

En efecto, las placas reducen las fluctuaciones en la brecha entre ellas, lo cual crea energía negativa y presión, que empuja las placas entre sí. Cuanto más estrecho el espacio, más negativa es la energía y la presión, y más fuerte es la fuerza de atracción.

El Efecto Casimir recientemente ha sido medido por Steve K. Lamoreaux de Los Alamos National Laboratory y por Umar Mohideen de la Universidad de California en Riverside y su colega Anushree Roy. Del mismo modo, en la década de 1970 Paul C.W. Davies y Stephen A. Fulling, luego en el King's College de la Universidad de Londres, predijo que un límite en movimiento, como un espejo en movimiento, podría producir un flujo de energía negativa. 

Tanto para el efecto Casimir y como para los exprimidos estados, los investigadores han medido sólo los efectos indirectos de la energía negativa. 

La detección directa es más difícil, pero podría ser posible utilizando giros atómicos, como lo sugirieron Peter G. Grove, en ese entonces en el Ministerio del Interior Británico, y luego Adrian C. Ottewill, de la Universidad de Oxford, y uno de nosotros (Ford) en 1992. 


Gravedad y Liviandad 

El concepto de energía negativa surge en varias áreas de la física moderna. Tiene una relación íntima con los agujeros negros, aquellos objetos misteriosos cuyo campo gravitacional es tan fuerte que nada puede escapar de dentro de su límite, el suceso horizonte.

En 1974 Stephen W. Hawking de la Universidad de Cambridge, realizó su famosa predicción de que los agujeros negros se evaporan por la radiación que emiten [véase "La Mecánica Cuántica de los Agujeros Negros", de Stephen W. Hawking, SCIENTIFIC AMERICAN, enero de 1977]. 

Un agujero negro irradia energía a un ritmo inversamente proporcional al cuadrado de su masa. Aunque la tasa de evaporación es grande sólo paoa el tamaño de los agujeros negros subatómicos, proporciona un vínculo crucial entre las leyes de los agujeros negro y las leyes de la termodinámica. La radiación de Hawking permite a los agujeros negros entrar en equilibrio térmico con su entorno. 

A primera vista, la evaporación conduce a una contradicción. El horizonte es una calle de sentido único, la energía sólo puede fluir hacia el interior. Entonces, ¿cómo puede la energía de un agujero negro irradiar hacia el exterior?

Puesto que la energía debe ser conservada, la producción de energía positiva - que los observadores distantes ven como la radiación de Hawking - es acompañada por un flujo de energía negativa dentro del agujero. Aquí la energía negativa es producida por la curvatura extrema del espacio-tiempo cerca del agujero, que perturba las fluctuaciones del vacío. De esta manera, la energía negativa es necesaria para la consistencia de la unificación de la física de los agujeros negros con la termodinámica. 

El agujero negro no es la única región curvada del espacio-tiempo donde la energía negativa parece jugar un papel.

Otra es el agujero de gusano - un tipo hipotético de túnel que conecta una región del espacio-tiempo a otra. Los físicos pensaban que los agujeros de gusano existían sólo en las escalas de longitud más finas, burbujeando dentro y fuera de la existencia como partículas virtuales [ver "Quantum Gravity, por Bryce S. DeWitt, SCIENTIFIC AMERICAN, diciembre de 1983].

A principios de la década de 1960 los físicos Robert Fuller y John A. Wheeler demostraron que los grandes agujeros de gusano se derrumbarían tan rápidamente bajo su propia gravedad que ni siquiera un rayo de luz tendría el tiempo suficiente para viajar a través de ellos. 

Pero a finales de 1980 varios investigadores - sobre todo Michael S. Morris y Kip S. Thorne, del Instituto de Tecnología de California y Matt Visser de la Universidad de Washington – encontraron otra cosa. Algunos agujeros de gusano podrían de hecho hacerse lo suficientemente grandes para una persona o una nave espacial.

Alguien podría entrar en la boca de un agujero de gusano estacionado en la Tierra, caminar una corta distancia dentro del agujero de gusano y salir por la otra boca, por ejemplo, digamos, en la galaxia de Andrómeda. El problema es que los agujeros de gusano transitables requieren energía negativa. Debido a que la energía negativa es gravitacionalmente repulsiva, evitaría que el agujero de gusano se colapse. 

Para que un agujero de gusano sea desplazable, que debería (como mínimo) permitir que las señales, en forma de rayos de luz, pasen a través de él. Los rayos de luz entrando en una boca de un agujero de gusano son convergentes, pero para salir por la otra boca, deben desenfocarse - en otras palabras, deben, en algún punto intermedio, ir de la convergencia a la divergencia [ver ilustración más abajo].

Este desenfoque requiere energía negativa. 

Considerando que la curvatura del espacio producida por el campo gravitacional atractivo de materia ordinaria actúa como un lente convergente, la energía negativa actúa como un lente divergente.






Las ondas de luz normalmente tienen una densidad de energía positiva o cero en diferentes puntos del espacio (arriba).
Pero en un estado llamado exprimido, la densidad de la energía, en un instante determinado en el tiempo, puede llegar a ser negativa en algunos lugares (abajo).
Para compensar esto, el pico de densidad positiva debe aumentar.



 No se necesita Dilithium

Tales contorsiones del espacio-tiempo habilitaría otro elemento básico de la ciencia ficción, también el viaje a velocidades más rápidas que la luz.

En 1994 Miguel Alcubierre Moya, en ese entonces de la Universidad de Gales en Cardiff, descubrió una solución a las ecuaciones de Einstein que tienen muchas de las características deseadas de deformaciones de velocidad. En él describe una burbuja de espacio-tiempo que transporta una nave espacial a velocidades arbitrariamente altas con relación a los observadores de fuera de la burbuja. Los cálculos muestran que la energía negativa es necesaria. 

Una unidad de deformación de espacio-tiempo pudiera parecer violar la teoría especial de la relatividad de Einstein.

Pero la relatividad especial dice que no se puede correr más rápido que una señal luminosa en una carrera en la que usted y la señal siguen el mismo camino. Cuando el espacio-tiempo está deformado, podría ser posible vencer una señal de luz tomando una ruta diferente, un acceso directo. 

La contracción del espacio-tiempo delante de la burbuja y la expansión detrás de ella crean un acceso directo [ver ilustración]. 




La burbuja de espacio-tiempo es la forma más cercana que la física moderna llega a la "deformación del espacio-tiempo (velocidad)” de la ciencia ficción. Puede transportar una nave espacial a velocidades arbitrariamente altas. El espacio-tiempo se contrae en la parte delantera de la burbuja, reduciendo la distancia hasta el destino, y se expande en su parte posterior, incrementando la distancia desde el origen (flechas). La nave misma se detiene en relación con el espacio que la rodea; los miembros de la tripulación no experimentan ninguna aceleración. La energía negativa (azul) es necesaria en los lados de la burbuja.


Un problema con el modelo original de Alcubierre, señalado por Sergei V. Krasnikov del Observatorio Astronómico de Pulkovo Central cerca de San Petersburgo, es que el interior de la burbuja de deformación de espacio-tiempo (warp) es causalmente desconectada de su borde delantero. 

En el interior, un capitán de la nave no podrá dirigir la burbuja o encenderla o apagarla, algún agente externo debe configurarla adelante en el tiempo. Para solucionar este problema, Krasnikov propuso un "tubo superlumínico," un tubo de espacio tiempo-espacio modificado (no siendo igual o lo mismo que un agujero de gusano), conectando a Tierra con una estrella distante. 

Dentro del tubo, el viaje superluminal en una sola dirección es posible. Durante el viaje de ida a velocidad de subluz, una tripulación espacial crearía tal tubo. En el viaje de regreso, ellos podrían viajar a través de él a la velocidad de deformación de espacio-tiempo (wrap). Al igual que las burbujas de deformación, el tubo involucra energía negativa.

Ha sido demostrado por Ken D. Olum de la Universidad de Tufts, y por Visser, junto con Bruce Bassett de Oxford y Stefano Liberati de la Escuela Internacional de Estudios Avanzados de Trieste, que cualquier esquema de viaje más rápido que la luz requiere el uso de energía negativa. 

Si uno pudiera construir agujeros de gusano o unidades de deformación del espacio-tiempo, el viaje en el tiempo podría llegar a ser posible. El pasaje del tiempo es relativo, depende de la velocidad del observador. Una persona que abandona la Tierra en una nave espacial, viaja a velocidad cercana a la de la luz y regresa, habrá envejecido menos que alguien que permaneció en la Tierra.

Si el viajero logra escapar de un rayo de luz, tal vez tomando un atajo a través de un agujero de gusano o una burbuja de deformación de espacio-tiempo (wrap), pudiera regresar antes de haberse ido. Morris, Thorne y Ulvi Yurtsever, en ese entonces, en Caltech, propusieron una máquina del tiempo de agujero de gusano en 1988, y su trabajo ha estimulado mucha investigación, sobre el viaje en el tiempo en la última década. 

En 1992, Hawking demostró que cualquier construcción de una máquina del tiempo en una región finita del espacio-tiempo de por sí requiere de energía negativa. 




Vista desde el puente de una nave espacial más rápida que la luz al dirigirse en la dirección de la Osa Menor (arriba) no pareciéndose en nada a la alineación de estrellas normalmente representadas en la ciencia ficción.




A medida que aumenta la velocidad, las estrellas por delante de la nave (columna izquierda) aparecen cada vez más cercanas a la dirección del movimiento y se vuelven de color azul. Detrás de la nave (columna derecha), las estrellas cambian más cercanas a una posición directamente detrás de la popa, enrojecen y eventualmente desaparecen completamente de la vista. La luz de las estrellas directamente por encima o por debajo no se ve afectada.


La energía negativa es tan extraña que uno podría pensar que debe violar alguna ley de la física.

Antes y después de la creación de las mismas cantidades de energía negativa y positiva en el espacio antes vacío, la energía total es cero, por lo que la ley de conservación de la energía es obedecida. Pero hay muchos fenómenos que conservan la energía que todavía nunca ocurren en el mundo real. Un vidrio roto no puede volverse a reensamblar, y el calor no fluye espontáneamente de un cuerpo más frío a uno más caliente. Estos efectos están prohibidos por la segunda ley de la termodinámica. 

Este principio general afirma que el grado de desorden de un sistema - su entropía - no puede por sí solo disminuir sin gasto de energía. Por lo tanto, un refrigerador, que bombea calor desde su interior frío hacia la sala exterior más caliente, requiere de una fuente de alimentación externa. Del mismo modo, la segunda ley también prohíbe que funciona la conversión completa del calor.

La energía negativa potencialmente entra en conflicto con la segunda ley. Imagine un láser exótico, que crea una luz fija de salida de energía negativa. La conservación de la energía requiere que un subproducto sea un flujo constante de energía positiva. Se podría dirigir el haz de energía negativa hacia algún lejano rincón del universo, mientras se emplea la energía positiva para llevar a cabo un trabajo útil.

Esta fuente inagotable de energía puede ser utilizada para hacer una máquina de movimiento perpetuo, y por lo tanto viola la segunda ley.

Si el haz fuera dirigido a un vaso de agua, se podría enfriar el agua mientras se usa la energía positiva extraída para alimentar un pequeño motor - proporcionando un refrigerador sin necesidad de alimentación externa. Estos problemas surgen, no de la existencia de energía negativa en sí, sino de la separación sin restricciones de energías negativa y positiva. 

La energía negativa sin restricciones también tendría profundas consecuencias para los agujeros negros.

Cuando se forma un agujero negro por el colapso de una estrella moribunda, la relatividad general predice la formación de una singularidad, una región donde el campo gravitatorio se hace infinitamente fuerte. En este punto, la relatividad general - y de hecho todas las leyes conocidas de la física - son incapaces de decir qué sucede después.

Esta incapacidad es un profundo fracaso de la descripción matemática actual de la naturaleza. En tanto que la singularidad esté oculta dentro de un suceso horizonte, sin embargo, el daño es limitado. La descripción de la naturaleza en todas partes fuera del evento horizonte no se ve afectada.

Por esta razón, Roger Penrose de Oxford propuso la hipótesis de la censura cósmica:

no puede haber singularidades desnudas, que no estén protegidas por horizonte de sucesos.

Para tipos especiales de agujeros negros cargados o rotatorios, conocidos como agujeros negros extremo, incluso un pequeño aumento en la carga o giro, o una disminución de la masa, en principio, podrían destruir el horizonte y convertir el agujero en una singularidad desnuda.

Los intentos de cargar o girar estos agujeros negros utilizando materia ordinaria parecen fallar por diversas razones.

Uno podría imaginarse, en su lugar, producir una disminución de la masa por un rayo de energía negativa en el agujero, sin alterar su carga o giro, y por lo tanto, subvirtiendo la censura cósmica. Uno podría crear tal haz, por ejemplo, usando un espejo en movimiento. En principio, sería necesaria sólo una pequeña cantidad de energía negativa para producir un cambio dramático en el estado de un agujero negro extremo. 

Por lo tanto, este podría ser el escenario en el que la energía negativa tenga la mayor probabilidad de producir efectos macroscópicos.


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